lunes, 11 de noviembre de 2013

Las Botellas


Las Botellas

En la cooperativa escolar, se usaba que cuando compraba uno una soda; teníamos que dejar un deposito por la botella, y por lo regular el valor de la botella era más alto que el liquido. Hubo un tiempo en que algunos alumnos comenzaron a llevar botellas de su casa y las cambiaban y así podían comprar dulces, papitas u otras cosas, el problema fue que para cuando menos pensó Don Isaac, ya tenía demasiadas botellas y digo demasiadas porque me acuerdo que en un rincón de la cooperativa tenía un altero de cajas de botellas que casi se a completaba un camión. Cuando lo miré y caí a la cuenta de lo que estaba pasando me dio risa y pensé. < jajaja pusieron el depósito de las botellas bien caro para que los alumnos las regresaran y no las dejaran tiradas por doquier, pero nunca pensaron que los alumnos traerían botellas de sus casas para cobrar el depósito. Ahora van a tener que venderlas por menos de la mitad de lo que las compraron ósea el valor real.>   creo que el problema se soluciono cuando empezaron a vender las famosas sodas en bolsa. ¿Quién no se acuerda? Jajaja.   Me acuerdo que un día mientras estábamos en la clase de pecuarias, el profe Quezada nos mandó a limpiar las “aurdas” así le decían creo a los trochiles de los marranos, jajajaja también trochiles es una palabra medio rara. El caso es que en las marraneras había muchas cosas y en la que me tocó limpiar a mí y a mi compañero había un montón de pastura, le dije; se me antoja tirarme de espaldas pero capaz que me clavo la aguja del pajar.  y de todos modos me tiré de espaldas, no me clave la aguja pero si me di en la mera nuca con una botella de coca-cola, me levanté con la botella en la mano y sobándome la cabeza. Al menos ya tenía para comprarme unas barritas y unos trikitrakes marínela. Entonces seguimos sacando el zacate y asegún seguíamos, mas botellas nos íbamos encontrando. En total 24 botellas fueron las que nos encontramos, no las podíamos cambiar todas de un jalón, así que las escondimos todas en la cueva de un conejo y las fuimos sacando poco a poco, esa semana nos fue muy bien pero hasta el día de hoy me sigo preguntando; ¿será que alguien las escondió en la paja y nosotros le hicimos gane? ¿De dónde las agarraría el que las escondió? ¿Se las robaría? Eran muchas como para que todo un grupo hubiera tomado sodas y dejado las botellas ahí nomas tiradas, me gustaría saber cómo fue que quedaron ahí esas botellas pero no creo que alguien me contacte y me diga así que creo que mi curiosidad se va a quedar con las ganas de saber una vez más. ¡SALUDOS!

miércoles, 30 de octubre de 2013

Flores de Migajon




Cuando me Salí de primero

En mi historia de vaqueros les prometí que les contaría de por qué perdí el primer año de secundaria. Cabe mencionar que la semana pasada mientras asistía a una boda en Texas me encontré a la maestra Carrera de ciencias naturales, ella fue la que se acercó a saludar y entablamos una conversación muy amena que duró algún rato.  Le dije los elementos de la tabla periódica y los pasos del método científico, esto para que viera que yo tenía muy buena memoria, pues la última vez que mire a la maestra hacia ya como 28 años. Después me dijo que muchos ex alumnos de ella se acordaban también, eso debido a los métodos de enseñanza que ella utilizaba. Si debe ser, pensé yo. Pues me acuerdo como nos decía la clase con un tono que parece que aun resuena en mi cabeza. ¡Experimentación!!!! Y ¡leyyyyy!!!! Si, ¡con un chorro de signos de exclamación para que no se nos olvidase ni en esta vida ni en la otra!  Después de un rato de charla amena yo dudé que se acordara de mí como lo dijo cuando me saludó, entonces le pregunté.  Maestra, ¿Deberas si se acuerda usted de mí? -¡por supuesto que me acuerdo de ti! Me contestó con un tono que hasta me estremeció, y en ese preciso instante mi mente se remontó 28 años atrás cuando yo era su alumno de primero.  El año transcurría normalmente e íbamos como a la mitad del año escolar, la maestra se las averiguaba para que no se nos olvidara nada de lo que nos enseñaba. Me acuerdo que a veces se me afiguraba como que se pasaba de autoritaria al hablarnos fuerte cuando nos corregía, pero pensaba; es por nuestro propio bien y seguíamos adelante.  Me acuerdo que esos tiempos eran duros y los que éramos hijos de jornaleros teníamos muchas carencias, y las clases sociales se notaban bastante bien en la escuela. Me acuerdo que algunos que eran hijos de agricultores hasta manejaban sus propios autos a la escuela, los que eran hijos de empleados de gobierno, como los que trabajaban en la secretaria de recursos hidráulicos o los que eran hijos de maestros, esos tenían más prestaciones y beneficios que los que éramos solo hijos de jornaleros, yo me juntaba con un compañero que su papá trabajaba en ferrocarriles nacionales y me contaba que los sábados iban a surtir la despensa a una tienda que se llamaba tienda del ISSTE y que ahí les hacían muchos descuentos y que su mamá les compraba cosas que yo solo en los anuncios de la tele miraba. Me gustaba que me platicara de todas esas cosas llamadas jamón, tocino, salami, pastrami y un montón de cosas que terminan en ami. Además de yogurt, flan, y muchos dulces y golosinas. Mientras que a nosotros lo que nos compraban eran galletas de animalitos y populares. Eso me recordaba mucho un cuento que venía en los libros de la primaria, algunos de ustedes se han de acordar. Se llamaba; “El ratón del supermercado y sus primos del campo” se trataba de un ratón que vivía en un supermercado y se la pasaba comiendo de todo un poco, y un día fue a visitar a sus amigos del campo. Estos muy humildemente le dieron de comer maíz del granero y agua, al ratón del súper no le gustó muy bien y comenzó a contarles de todas las delicias de las que el disfrutaba en el súper. Les contó de las carnes frías, los dulces, los quesos de todos tipos y los deslumbró tanto que se fueron a visitarlo un día, y en ese día arrasaron con todo el supermercado y el dueño los fumigó al día siguiente y creo que la moraleja era; donde come uno comen dos y hasta tres, pero no cien. O algo así, el caso es que ya me Salí un poco del tema. Regresando a la clase de naturales, un día nos dijo la maestra; ¡haremos flores de migajón!!!! Y si, lo dijo con muchos signos de admiración para que no se nos olvidase ni en esta vida ni en la otra. Nos enseño unas que habían hecho un año atrás y se veían perronas, no lo voy a negar. Pero… ¿Qué tenía que ver ciencias naturales con manualidades?  No lo sé, Pero así fue. Nos juntamos por equipos y nos repartió los ingredientes. A mí me tocó llevar crema para las manos, a Cesar pan bimbo,  a otro compañero alambres forrados de hilaza y así a cada uno nos tocó llevar algo. A Cesar le tocó pan bimbo y me acuerdo que me dijo; ¿no jalará con tortillas? El pan bimbo nomas lo usamos para hacer sándwiches cuando hay pelea de box en los sábados. Jajaja me reí y le dije; a mí me tocó llevar crema pa las manos y en mi casa nomas usamos el “cerato” para los que no saben o no se acuerdan, el cerato es una crema de fabricación cacera muy eficaz para la resequedad y las grietas de las manos y los pies.  No recuerdo la receta, pero incluía; cera de abeja, gasolina blanca, aceite de transformador y un montón de hierbas y otras brujerías que no me acuerdo. ¡Ah! Pero que bien funcionaba.  Pues se llegó el día y le dije a mi mama que necesitaba un tarro de crema para las manos para un trabajo de la escuela y me dijo;  llévales el cerato. Jajaja, como bromeando. Después me dijo; ve a la tienda de doña Esperanza y pídele un tarro de crema fiado, dile que el sábado se la pagamos.  Así lo hice y me fui a la tienda. Me acuerdo que me dio un tarro grande de una crema barata de color rosa que era muy popular en las casas, era la que todos usaban y claro, era la más barata. Al día siguiente me presente en la clase de naturales muy contento con mi tarrito de crema, ¡había cumplido! La maestra comenzó a checar equipo por equipo y los evaluaba. Cuando llegó a mi equipo comenzó a pedir los ingredientes y me tocó a mí darle la crema. La tomó en su mano, la miro un rato y luego me dijo; ¡teatrical!!!!! ¡Esta no sirve para nadaaa!!!!! Y si, con muchos signos de admiración para que no se me olvidase ni en esta vida ni en la otra. Me la puso en la mano de una manera que yo creo que exageré un poco al tomar la decisión que tomé en ese momento. Tomé mi tarrito de crema, me fui a mi pupitre y recogí mi mochila. Me despedí de algunos de mis amigos y me fui para mi casa, le dije a mi papá que ya no quería ir a la escuela y le eché toda la culpa a la maestra. Bueno, si no quieres ir a la escuela entonces te alistas mañana temprano para que te vayas con nosotros a trabajar a la labor, me dijo mi papá. Así fue como me Salí de primero y me dedique a trabajar todo el resto del año. Esa fue una decisión muy fuerte que tomé en ese momento, pero de lo único que me arrepiento es de haber culpado a la maestra carrera, yo se que de haberle dicho mi situación ella hubiera comprendido y algo hubiera echo al respecto. Ese año que perdí no lo perdí de verdad porque ayude a mis padres económicamente en tiempo de crisis, al año siguiente las cosas estaban mejor y me regresé de nuevo a primero. La maestra Carrera ya no estaba en la escuela. Hoy que platique con ella después de 28 años me hubiera gustado platicarle todo esto pero no pude. Cuando ya me despedí de ella me quede pensando… ¿de veras si se acordará de mi? Como me aseguró cuando dijo; ¡por supuesto que me acuerdo! La verdad que prefiero no oír su versión de los hechos. Me di la vuelta y pensé;  Que DIOS bendiga a la maestra. Y me fui. ¡SALUDOS AMIGOS! ¡Hasta la próxima!

viernes, 18 de octubre de 2013

Mi Vercion del quijote







Mi Versión del Quijote

Una vez que estábamos en la clase de español con el profe Benedicto, yo estaba sentado amero atrás con algunos de mis compañeros echando relajo, mientras que el profe revisaba algunos trabajos que habíamos hecho. Yo estaba haciéndolos reír con algunos chistes y yo creo que el profe se molestó por tanto ruido. Se levantó y se fue derechito a donde estaba yo, yo no lo podía ver pues estaba de espalda platicando con mi compañero, pero si lo pude sentir detrás de mí y miré su reflejo en los ojos de mi compañero que se había quedado muy seriecito y pelando unos ojotes como sintiendo el regañadon. Entonces el profe  puso su mano en mi hombro y me dijo; Señor Armendariz acompáñeme para enfrente, lo seguí hasta que quedamos enfrente del grupo, no podía imaginarme como me avergonzaría delate de todos. Pensé que quizás llamaría a la prefectura para reportarme o quizás me haría escribir algo en el pizarrón para después corregir mi mala ortografía, que por cierto sigue siendo horrible junto con mi gramática. ¡Pero no! Lo que me dijo fue esto; quiero que nos cuente usted señor Armendariz de manera resumida pero con detalles la obra del Quijote de la mancha. –pero, profe. ¡Esa la contó hace ya tres semanas! Ya no puedo contarla con detalles, ya pasó algún tiempo. –pues entonces cuéntela con sus propias palabras. Pero ¡de que la cuenta, la cuenta! Y se fue a sentar a su escritorio.  No hallaba como comenzar pero me decidí y comencé mas o menos así: compañeros voy a contar con mis propias palabras la obra literaria “El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha” solo espero que su autor, el Maestro Miguel de Cervantes Saavedra no se ofenda donde quiera que esté, pues la contaré con un lenguaje muy diferente al original y solo contaré lo que me acuerdo.   En algún lugar de La mancha del cual no me acuerdo, ni me quiero acordar. Había un señor alto quijarudo y flaco que se obsesionó con los libros de caballería, todos los días leía uno y más y más se fascinaba con todas las cosas relacionadas con la caballería. A mí me pasa más o menos lo mismo con “El Libro Vaquero” de color todos los días leo uno, y solo me pasa con ese, pues “El Libro Policiaco” de color casi no me gusta. El otro día no tenía para mi Libro Baquero y tuve que vender unas botellas para comprar el más reciente. Igual así estaba de enviciado don quijote con los libros de caballería que hasta vendió parte de su hacienda para comprar más libros. Todos los días leía y leía sus libros de caballería que un día se volvió completamente loco. (Por eso dejé yo de leer “El Libro Vaquero de color” porque me dio miedo que me pasara lo mismo) entonces se le puso que quería ser Caballero andante, igual que los de los libros que el leía. Se puso una armadura que serbia de adorno en la sala de su casa y se colgó una espada y tomó un escudo viejo y una lanza de tabla que adornaba la armadura aquella. Después se fue al corral y escogió el caballo más flaco que pudo encontrar pues él era muy débil por lo flaco y los caballos mas flacos son de por si los mas mansitos. Entonces se le montó y se fue a la aventura. Y le pone por nombre a su caballo “Rocinante” nomas porque se le hizo muy perrón el nombre y yo no le discuto eso. Después por el camino escuchó los quejidos de un bato que era azotado por su patrón. Se detuvo y le preguntó que porque le pegaba. El patrón dijo que se le había bañado con una feria y que se la quiso cobrar, entonces como el chavo ya la había gastado, entonces se la cobraba a golpes. Después le pidió su versión al azotado. Este le dijo que su patrón más le debía pues hasta el lonche le comía cuando se iban al jale. El patrón le cobraba los zapatos que le había comprado cuando lo contrató, pero el peón alegaba que los zapatos los había gastado en el desempeño de sus labores. El peón dijo que trabajaba demás horas y se le pagaba muy poco. Que ni siquiera era lo que convinieron. El chico se estaba pasando de lanza, aprovechando que Don Quijote tenía a su patrón amagado con su lanza y espada. Le dijo que de su trabajo le quedaba debiendo mucho más de lo que él le cobraba. El creía que Don Quijarudo haría que el hacendado le pagara todo lo que el demandaba. Pero después de juzgar la situación y pensando que como caballero andante todos le obedecerían, don Quijote le ordenó al hacendado que le pagara al chico todo lo que se le debía o si no regresaría y le cortaría la cabeza con su espada y se fue por el camino. El hacendado dijo que así lo haría, pero tan pronto don Quijote se perdió en el horizonte, agarró al morro y le acabó 3 látigos en el lomo y de pilón lo dejo amarrado al árbol.  Después don Quijote sigue su camino y se encuentra con unos mercaderes a los cuales ofende demasiado tratando de hacerlos jurar que dulcinea es la mujer más hermosa del mundo y estos le ponen una paliza que por poco y lo matan. Después sigue su camino y llega a una venta. Esas son como los tiendillas que se encuentra uno en los ranchos cuando se va a trabajar en la labor pero tienen cuartos de renta para quedarse uno. Ahí fue donde él se queda a velar sus armas y casi mata a un arriero que se arrimó a la pileta a darle de beber a su asno. El arriero le tiro su lanza, escudo y espada que tenia don Quijote puestas donde los caballos tomaban agua, lo vio  y cogió su lanza y se la quebró en la cabeza al pobre arriero dejándolo bañado en sangre. El dueño de la tienda le pregunto que si se había vuelto loco y él le dijo que no, que lo único que necesitaba era ser armado caballero. En la mañana el tendero junto con dos señoras prostis lo armaron caballero. Lo único que tenían que hacer era tocarle los dos hombros con la espada y hacerlo jurar que haría todo lo que un caballero andante debería de hacer. Entonces se fue muy contento y pensó que un caballero como el no debería andar solo en esas grandes aventuras y se regresó al pueblo para sonsacar a un vecino que tenía que era muy burro  y además tenía un burro. Le prometió la luna y las estrellas y lo convenció de que lo siguiera. Su nombre era: “Sancho Panza” le dijo que de las tierras conquistadas el de daría una península para gobernar. (Después supe que la palabra era ínsula. Península es como una isla pero conectada al continente. Mientras ínsula se refería a isla.) El caso es que agarraron monte los dos locos. Llegaron a una llanura muy grande y miraron a dos chiveros con sus atajos de chivas que venían aproximándose a ellos, como don Quijote estaba bien desatrampado, se aferró a que eran dos ejércitos enemigos que venían al ataque, y le dijo a Sancho. –esos Sancho son enemigos que saben de mi fama como caballero y vienen a pelear conmigo para derrotarme y quedarse con mi gloria. - ¡ha! Son chivas, Que… dijo sancho. – ¡estas embrujado sancho! Por eso oyes visiones y miras ruidos que nada tienen que ver. Mis enemigos te mandaron alguna bruja y nomas falta que te pongas en mi contra. Esto le decía don Quijote mientras lo amenazaba en la cabeza con un garrote que traía para que rocinante diera vuelta donde él quería. A Sancho no le quedo más remedio que decir que si eran soldados enemigos. Ya cuando los atajos de chivas estaban muy cercas, Don Quijote gritó enfurecido. ¡Al ataqueee! y se lanzó matando chivas a diestra y siniestra con su espada. Los chiveros lo miraban con incredulidad. Entonces le gritaron que dejara de acuchillar las cabras con su espada pero el ruco estaba como poseído y no escuchaba razones. Estaba como Gavino Barrera. Entonces uno de los cabreros dijo; ¡es suficiente! Me lo voy a descontar, y sacó de la bolsa de atrás de su pantalón una honda ramalera como la que usaba Tizoc en la película, le puso una piedrota que apenas le cabía en la mano y le comenzó a dar vueltas, le soltó un lado a la honda y la piedra salió a gran velocidad derechito a la trompa del pobre señor Quijote. Cuando la piedra le pegó en la cara, le entró por la boca, le arrancó parte del labio superior, le tiró dos dientes y un colmillo y no se detuvo hasta que no le quebró tres muelas del lado derecho. El pobre cayó de su caballo con el hocico sangrando como el caballo blanco. Rápido lo atravesó Sancho en el caballo y se fueron a toda velocidad mientras las piedras les rezumbaban por todos lados. Después Sancho le reclamó que por que lo arriesgaba en esas faenas tan peligrosas y él le contestó que todo lo hacía por el amor de su amada Dulcinea del Troncoso. Yo creo que ella era antepasado de los dueños de “muebles Troncoso” la mueblería donde Chávelo compra los muebles para catafixiarlos por juguetes en su programa de los domingos. (Después supe que era Del Togoso) Sancho entonces se fue murmurando “joder no sé quien es más loco, si el por las locuras que hace o yo por andarle haciendo caso”- no te preocupes Sancho, iremos con una bruja que prepara una pócima que es capaz de curar cualquier enfermedad o herida que le ocurra a uno en la guerra. ¡Seria muy buena onda tener una pócima así! Dijo Sancho y siguieron su camino.  Después se toparon con un campo lleno de molinos de viento y se detuvieron a mirarlos. Después de buen rato, dijo Don Quijote; -¡mira Sancho! Esos son los gigantes que trataron darme baje con mi novia Dulcinea. ¿¡Vez como vienen manoteando!? Es señal de que quieren pelea, ¡y se la daremos! –pero señor, ¿que no mira que esos son solo molinos de viento? –tu así los miras porque acuérdate que estas embrujado. Pero yo te aseguro que son gigantes. Y si no quieres ir cobarde aquí quédate, yo les voy a dar en la torre. Y se lanzó con su espada en una mano y su lanza larga en la otra y su escudo amarrado en la espalda. Cuando llegó le clavó la lanza 2 veces al gigante y lo apuñaló con su espada, en eso el aire dejo de soplar y las aspas del molino se detuvieron. Don Quijote pensó que había vencido al gigante y le dio la espalda para afirmar la victoria a su fiel escudero Sancho Panza. -Lo vez Sancho, he derrotado este gran gigante y con esto te demuestro que Dios está conmigo y que además me guiara para derrotar a los demás… en eso estaba Don Quijote con su discurso, cuando el viento comenzó a soplar de nuevo y el aspa del molino golpeó a Don Quijote con gran fuerza en la cabeza y por si fuera poco lo trampó y lo elevó en el aire y después lo soltó para que cayera el pobre como rata en el suelo. En eso se escuchó el timbre de la escuela anunciando que la clase de español había terminado. Mis compañeros no paraban de reir durante todo mi relato y el profe también. Yo solo quería contar la historia lo mejor que podía. Después de eso ya nunca me pasaron a contar historias al frente del grupo. Ok amigos pues asi es como me acuerdo de una mas de mis ¡historias de la secundaria! ¡HASTA LA PROXIMA!

jueves, 26 de septiembre de 2013

Historia de Vaqueros


Historia de Vaqueros





Hola a todos. En esta ocasión les contaré una de vaqueros a petición de mi muy buen amigo Mario G. ese día teníamos que hacer tarea por equipo mi compañero Gilberto D. y yo. Nuestros compañeros de equipo eran de la comunidad de San Lucas, a unos 12 kilómetros de Cárdenas que era donde nosotros vivíamos. Por lo regular íbamos en un tractor, pues eran los vehículos que mas teníamos a nuestro alcance. Pero en esa ocasión Gil me dijo que conseguiría la troca de su papa. Pues esa tarde paso por mí a mi casa y nos fuimos muy emocionados porque íbamos en troca, pero la emoción se me paso muy pronto cuando tomamos la carretera federal, ahí fue cuando me di cuenta que Gil no tenía mucha experiencia conduciendo. Al subir se le atravesó a un camión y nomas se rio, al poco rato íbamos a 120 kph con rumbo de San Lucas y yo todo asustadote. Llegamos y nos reunimos con nuestros compañeros y compañeras en la plaza del pueblo. Después de terminar la tarea nos pusimos a jugar hasta que se oscureció. Poco después de caer la noche, Gil se fue a llevar a alguien a su casa en la troca o algo así. El caso es que yo me quede en la plaza con algunos de mis compañeros y asegún se hacía más tarde ellos se iban retirando a sus casas. Así paso hasta que me quede solo en la plaza y Gil no regresaba. Ya eran como las 10:00 y Gil ni sus luces. Las 10:30 y nada, las 11:00 y nada. Y yo solito sentado en una banca de la plaza como tontito. Por fin cuando se dieron las 12:00 tuve que tomar una decisión pues Gil no aparecía por ningún lado. Mis opciones eran; o me iba caminando con la esperanza de que alguien pasara y me diera “ride” o irme caminando hasta cárdenas solo. Opte por la opción uno, pero la opción dos fue forzada pues nadie pasó por todo el camino. Cuando Salí del pueblito de San Lucas a media noche, me di cuenta que esa noche era súper oscura pues aparte de no haber luna estaba nublado. Apenas si podía ver donde pisaba, pero más que eso no se podía ver para ningún lado, así que me fui por en medio del camino a paso veloz. Mi tirada era llegar hasta la carretera que va para Julimes, de ahí daría vuelta asta Cárdenas. Conocía muy bien esos caminos pero nunca a pie y a media noche sin luna y nublado. Cuando llegué a donde cruza el canal “primer lateral” comencé a oír un murmullo así como si alguien estuviera llorando a lo lejos, se me enchino el cuero pero seguí adelante. A según avanzaba el murmullo se escuchaba mas cercas y lo peor de todo era que no se podía ver nada por lo oscuro de la noche, me daban ganas de regresarme. Solo que ¿para donde? No tenía opción más que seguir adelante. Un poco después pude identificar el murmullo que se oía, era el aire que al rosarse con los pinabetes hacia un murmullo raro. Creo que por la forma de sus hojas. Me tranquilicé un poco y seguí caminando, mas adelante llegando a donde se cruza el arroyo seco con la 45 por ahí donde vivía Don Wicho el descalzo, escuche un ruido al lado derecho del camino, me detuve para ver que era y me fijé con atención, hasta me tuve que arrimar un poco a la orilla para ver que era esa cosa blanca que estaba en la orilla del camino. Era una cruz blanca con flores y adornos de diferentes cosas, ¡ahí alguien había muerto en un accidente de auto! Sentí que se me enchinó la columna vertebral junto con todo el cuero y me pareció que miraba el fantasma del pobre difunto, entonces me eché a correr a toda velocidad y clarito sentía como si alguien me persiguiera y tratara de agarrarme por detrás con unas uñas enormes y las manos todas huesudas, de pronto no miré una piedra que estaba en el camino y tropecé con ella y hasta el suelo fui a dar, me puse tremendo golpe que hasta me acuerdo que duré un rato tirado sin poderme levantar. Al menos no había ningún fantasma y seguí mi camino rengueando de un pie. Por fin pude llegar a donde se cruza la 45 con la que va para Julimes, ahí me detuve un rato a descansar pues ahí si había luz. Ya un poco más tranquilo seguí mi camino por arriba de la carretera y me guiaba por la rayita blanca. En ratos corría para avanzar más y me sentía contento porque ya no me faltaba mucho para llegar al pueblo. Pero más adelante, un poco antes de llegar a nuestra hermosa escuela secundaria más o menos a la altura del vivero forestal pero unos 100 metros hacia el lado derecho, escuché el relinchido de un caballo (aquí es donde mi historia se vuelve de vaqueros Mario) me paree en seco, pues el relinchido se escucho muy recio para la distancia que yo calculaba que el caballo debería de estar. Entonces se volvió a oír el relinchido y se oyó un tropel de caballo a toda velocidad, y mientras corría relinchaba y hacia ruidos muy extraños el animal aquel. Fue cuando me acorde de la leyenda de “El Sombreron” que nos había contado el profe Benedicto hacia apenas algunos días. La historia cuenta que desde el sur de México hasta todo Centro América y parte de Sud América existe un espíritu chocarrero que se le sube a los caballos, burros y mulas y los vuelve locos, les hace travesuras y se pasea en ellos en las noches oscuras, como esa en la que me encontraba yo.  Dicen que te das cuenta si tu caballo amanece con nudos muy difíciles de soltar en las crines y en la cola, en Guatemala dicen que además encuentras una fogata apagada y un puro apagado en un lado. Su aspecto difiere de región en región. Por ejemplo en el sur de México dicen que es un charro blanco con un sombrero enorme, adornos de plata y espuelas de vaquero. La diferencia entre las espuelas de vaquero y las de charro esta en el tamaño de la estrella, las de vaquero son mucho más grandes que las de charro. Las espuelas con estrellas grandes se usan para tener un control más preciso de los caballos en las faenas de arreo de vacas en las llanuras del norte. La estrella más chica la usan los charros pues en el sur no es necesario abarcar espacios tan extensos para arriar el ganado. En Guatemala lo describen como un personaje muy pequeño con un sombrero negro enorme y además el viste completamente de negro y le hace trenzas a los caballos en la crines y la cola, dicen que cuando no consigue caballos, agarra burros, mulas, perros, borregas o cualquier otro animal cuadrúpedo con pelo poco largo con el cual el pueda jugar. No es malo en sí el duende, espíritu o lo que sea. Lo malo es que los caballos después que los agarra el sombreron, quedan tan ariscos que es casi imposible volverlos a montar, y hay historias de caballos que matan a sus dueños después de haber sido  montados por “El Sombreron”bueno; al menos eso fue lo que nos contó el profe Benedicto. Pero fue suficiente para que me pusiera súper nervioso. Entonces el caballo ese que estaba poseído por el sombreron, salió corriendo a todo galope una vez más hasta que quedo parado arriba de la carretera como a unos 100 metros en frente de donde estaba yo, el caballo se quedó un rato quieto y yo también me detuve en ese mismo momento, eso que sentía yo en ese momento no me gustaría sentirlo otra vez. A pesar de que no podía ver mas allá de mis narices, parecía que estaba viendo el caballo mirarme y soplando vapor por las narices. Con los ojos bien rojos como brasas incandescentes. Comencé a caminar hacia adelante siguiendo mi camino, mis pasos se podían oír en el pavimento de la carretera bien claro, pues todo estaba en un silencio puro. De pronto el caballo lanzó un bufido aterrador y pude oírlo salir a todo galope derechito a donde estaba yo,  venía corriendo por arriba de la carretera. Yo me pareé y me quedé muy quietecito, yo creo que estaba paralizado por el miedo. El caballo se acercaba a mí a gran velocidad y bufando horriblemente como si estuviera poseído, yo no me podía mover por el miedo. Ya cuando estaba muy cercas de mi, cerré los ojos y esperé lo peor. En eso el caballo se detuvo de golpe rayando las herraduras en el pavimento de la carretera, abrí los ojos y pude ver como sacaba chispas el hierro de las herraduras un el pavimento. Cuando al fin se detuvo, queda la cara del caballo a escasos centímetros de la mía. Yo podía sentir su resuello en mi cara. Fue cuando grité con todas mis fuerzas de puro miedo, mi grito fue aterrador y se debe haber escuchado a varios kilómetros de ahí. Como estaría el grito que el caballo se asustó y se paró en las patas de atrás para darse vuelta y salir corriendo y el pobre se cayó en la carretera pues estaba muy liza para sus herraduras. Después se levanto y salió corriendo a toda velocidad y bufaba aterrorizado. Al rato de estar corriendo lo oí pararse y lanzo varios relinchidos y salió corriendo de nuevo hasta que ya no lo pude oír. Yo seguí mi camino hacia el pueblo y mientras caminaba pensaba; yo creo que el pobre caballo pensó que yo era el sombreron y que me le quería subir para paciarme en el, quizás hasta se asusto más de lo que me asuste yo. Cuando al fin llegue a mi casa ya eran como las 4 de la madrugada, me acosté a dormir y al día siguiente me desperté todo adolorido de mi pobre cuerpecito.  Bueno pues así es como termina otra de mis historias de la secundaria. PS. El Sombreron también cuida las vacas de los ganaderos, lo digo porque sin mencionar las vacas mi historia no sería de vaqueros jajaja… ¡hasta la próxima amigos!  



lunes, 23 de septiembre de 2013

La vez que rescate un loco


La vez que rescaté a un loco.

Hola a todos. En esta ocasión les voy a contar de cuando rescaté a un loco de morir ahogado en el canal revestido. Pues resulta que cuando estaba yo en segundo grado, por las tardes después de salir de la escuela me iba a trabajar en el desahíje del algodón, esto con el fin de ganarme un dinerito y así poder comprar las botas vaqueras que tanto me gustaban. Era mucho trabajo y mucho sacrificio pues pasaba hambres y tenía que caminar algunos kilómetros por la orilla del canal. Ya había estado haciendo la misma faena por una semana completa cuando un día me pasó que Salí de la escuela y como siempre me fui caminando por el bordo del canal revestido, era primavera y no hacía mucho calor aun pero ni tampoco frio, me fui caminando a paso apurado pues quería avanzarle a la faena, ya solo me faltaban 3 días para acabalar para esas botas de piel de mula que tanto me habían gustado del Centro Ranchero del mercado Juárez en Delicias. Llegué al pozo del arroyo seco y me detuve a tomar agua, en ese pozo el agua salía fresca y muy cristalina, era un deleite beber de esa agua. Después de refrescarme un poco en el poso me regrese al camino por el lado de las parcelas en el canal revestido. Ya para llegar al sifón, para los que nunca se fijaron; en el arroyo seco, el canal revestido cruza por debajo del arroyo. Ósea que hay un túnel donde el agua se resume en un lado del arroyo y surge de nuevo en el otro y se forma un sifón invertido. Pues a según me aproximaba al sifón, pude ver como un individuo se aferraba a una rama que colgaba desde adentro del canal, se estaba casi ahogando y lo peor era que si se soltaba de la rama se lo chuparía la corriente para abajo del arroyo y se ahogaría de seguro. Entonces corrí rápido y busque una rama larga de árbol para que el señor se agarrara de ella y así poder sacarlo del canal, le arrimé la rama que yo pensaba que era de árbol, pero me di cuenta que era de mezquite cuando el señor al agarrarla se clavo una espina en la mano e hizo una cara de dolor que hasta miedo me dio. Lo bueno que no tenía muchas espinas y el señor pudo agarrar la rama sin espinarse más. Después de mucho esfuerzo y batallar contra la corriente, logre sacarlo. Lo primero que hizo el señor fue sacarse la espina que aun tenía clavada en su mano, después se me arrimó con los brazos extendidos y yo pensé que me quería abrazar de agradecimiento, yo extendí mis brazos para corresponder a su gratitud, pero él me agarró del cuello tratando de estrangularme con todas sus fuerzas, el tipo tenía una fuerza descomunal y yo no podía comprender que estaba pasando. Mil cosas pasaron por mi mente en fracción de segundos. Quizás se enojó por la espinada de la mano, o se enojó porque no quería que lo sacara y su instinto lo obligo a aferrarse a la rama, o quizás era un hijo de su pin------- ma------ mal agradecido sicópata que solo pensaba en matar gente buena, el caso es que ya el aire me estaba faltando y tenía que hacer algo al respecto pues no era fácil soltármele al loco ese que tenía mucha fuerza. Entonces le di un rodillazo en donde más duele (partes nobles) el loco se dobló de rodillas pero no me soltaba, entonces me di vuelta y me tire al suelo a modo que le caí arriba, así fue como me logre soltar, entonces Salí corriendo a toda velocidad y el loco detrás de mí, poco después deje de oír sus pasos y pensé que ya lo había dejado muy atrás, fue cuando piedras comenzaron a pasar por los lados. Estaban grandes y me dio miedo que me fuera a pegar una pedrada en la nuca y corrí más recio, en eso sentí una pedrada en la pura espalda. El loco había logrado dar en el blanco, corrí mas recio y al fin logre dejarlo atrás, cuando al fin me detuve para recobrar el aliento, lo pude mirar que seguía haciendo señas como muy enojado, ¡guau! Pensé, este loco quien sabe qué enfermedad de la cabeza tendrá, si nomas me descuido me mata. Entonces seguí mi camino y me puse a trabajar. Ese día no le avancé mucho a la faena por el dolor de la pedrada en la espalda. Ya en la tarde de regreso, me fui por otro camino para evitar encontrarme con el loco esa otra vez. Nunca más lo volví a mirar por la región, quizás el no era de por ahí, el caso es que termine mi trabajo un día tarde, pero me compre unas botas de piel de mula color vino preciosas, que me gustaría comprar otras. Bueno pues hay quedo otra de mis historias de cuando estaba en la escuela secundaria… ¡que tengan un bonito día! 

viernes, 6 de septiembre de 2013

Cuando me corte con un alambre de pua

CUANDO ME CORTE CON EL ALAMBRE DE PUA








Hola a todos, espero y se encuentren bien. Esta vez les contare de cuando me corté la espalda con un alambre de púa.  Pues resulta que era temprano en el año escolar, todos los alumnos eran recién egresados de la primaria, menos yo.  Este era mi segundo intento en primero de secundaria, el primer año lo perdí por que… bueno, eso lo dejamos para otra historia. Además en la primaria yo repetí el cuarto grado, pero no porque fuera burro; ¡si yo me acuerdo que contesté todas las preguntas del examen final bien! Lo que pasa es que yo creo que como era un muchachito muy bonito y educadito, la maestra me quería tener en su grupo por un año mas y fue así que me puso un 4 de calificación y tuve que repetir el cuarto grado, de lo cual no me arrepiento, pues yo creo que el cuarto grado es el más bonito de la primaria y si valió la pena repetirlo. El caso es que para cuando yo entré a primero de secundaria ya era dos años mayor que la mayoría de los demás alumnos lo cual hacia que me viera más grande y por lo tanto mis compañeros pensaban que era bueno para los deportes y siempre trataban de meterme en sus equipos, a lo cual yo siempre me negaba.  Pero una vez me convencieron de que jugara básquet ball con ellos. Yo nunca había jugado básquet de verdad , yo creo que ningún deporte fue hecho para mí, lo único en lo que destacaba era bala y disco y eso no muy bien. Pues resulta que durante el juego y después de correr de una orilla a la otra como loco por un buen tiempo y sin lograr siquiera tocar el balón para nada, a alguien se le ocurrió pasarme la pelota, la tome con las dos manos muy emocionado y trate de salir corriendo botando la pelota igual como lo hacían todos. Solo que yo no tenía ni idea de lo que hacía en ese momento y al tirar la bola al suelo traté de salir corriendo al mismo tiempo y la pelota me pego en la punta del pie, en vez de rebotar hacia arriba la pelota salió rodando a gran velocidad y se pasó por un hueco que había en los truenos que marcaban la orilla del camino de entrada a la escuela. Para los que no saben que son los truenos; los truenos son unos arbustos que crecen muy frondosos y que en algunos lugares se usan como cerca para delinear caminos, patios etc. Los podan cuadraditos muy bonitos y los detienen con unos postes y un alambre de púa. Ahí fue donde estuvo el problema, en el alambre de púa. Cuando la pelota se cruzó para el otro lado por el hueco, yo todo avergonzado por la jugada que acababa de hacer en la cancha, Salí corriendo para traer la pelota y al querer cruzar por el mismo hueco que la pelota, no me agaché lo suficiente y me enterré una de las púas del alambre en la espalda, me hiso una cortada como de diez centímetros de largo por uno y medio de profundidad en mero en medio de la espalda. Cuando me enderecé en el otro lado de los truenos comencé a sentir como la sangre me comenzaba a correr por en medio desde arriba hasta las piernas. Regresé con el balón al otro lado y me levante la camiseta para que un compañero me dijera que me había pasado, cuando me vio la cortada gritó bien asustado que me tenían que llevar a la prefectura. A mí no me dolía mucho y no le creí que fuera tan grave como él decía, pero de todas formas fuimos a la prefectura. Ahí me sentaron en una silla y me comenzaron a lavar la herida con alcohol, ahí fue cuando supe lo que era el dolor. Algunos compañeros se amontonaron para ver que tenia y todos al ver la herida hacían gestos y gemidos de asombro, como si se me vieran los pulmones. Eso hacía que me pusiera muy nervioso y comencé a sudar frio, entonces llegó uno que si se pasó de lanza y comenzó a decir; ¿Qué es eso blanco que se le mira? ¡Parece hueso! ¡No!, dijo otro compañero creo que es la columna Es pura manteca, dijo otro. A todo esto yo estaba ya demasiado asustado y nervioso y me imaginaba lo peor. Entonces fue cuando me desmayé. Para los que nunca se han desmayado les voy a explicar más o menos que se siente; primero se comienza a sentir como un hormigueo por todas las venas, como si subiera y bajara. Después comienza uno a ver puntitos blancos y amarillos parecido a las televisiones de antes cuando no hay señal.  Cuando estaba sintiendo todos esos síntomas del desmayo, pude oír a mis compañeros que todos asustados decían: ¡se va a desmayar! ¡Échenle agua! Después de que me desmayé alguien me vacio un jugo frutsy en la cabeza y me despertó. ¡Hay que llevarlo al doctor! Dijo el prefecto, ya un poco preocupado de que me hubiera desmayado. ¿Pero en que lo llevamos? Preguntaron los compañeros que estaban amontonados viendo el espectáculo que yo les estaba dando. Fue cuando una alumna de tercer grado que también estaba ahí dijo que ella traía su camioneta y que ella se ofrecía voluntaria para llevarme al pueblo. Para los que no conocen mi escuela déjenme les cuento que nuestra escuela secundaria técnica se encuentra a unos cuatro kilómetros de retirado del pueblo y a los alumnos nos traían y llevaban en autobuses escolares, aunque había algunos alumnos que iban en sus propias camionetas. Pues me fui a subir a la troca de la compañera de tercer grado. ella se subió al volante y yo en el lado del pasajero, iba todo adolorido. Ya cuando estábamos por arrancar llegaron otras cuatro alumnas que eran muy amigas de ella y se subieron también en la cabina para ir con ella al pueblo, no les importó que fuera yo herido de gravedad. Unas se sentaron arriba de mí, otras en los lados y una pierna por en medio, otra por abajo y ya se imaginaran como iba el pobrecito de mí. Y luego con el calor que hacía y yo todo apachurrado por alumnas de tercer grado, yo siendo solo un chiquillo de primero. Comencé a sudar frio de nuevo y a mirar puntitos amarillos y blancos y creo que fue ahí donde me desmayé por segunda vez. Llegamos a la clínica y me bajee de la troca todo atarantado creo que por el calor que hacia ese día, me metí a la clínica. Me lavaron muy bien la herida, me cocieron y me dieron unas pastillas de antibióticos para prevenir la infección. Dijo el doctor; ya te puedes regresar a la escuela. Cuando Salí de la clínica ya no estaban las muchachas de la troca y no se miraban por ningún lado, entonces no me quedó más remedio que regresarme caminando hasta la escuela. Cuando entre a la escuela, enseguida llegaron también las muchachas de la troca. Pensé yo que mal que caminé cuatro kilómetros para llegar al mismo tiempo que ellas. ¿Dónde hondarían? Quién sabe, el caso es que ya nunca más me quedaron ganas de jugar al básquet. Bueno amigos hay les deje otra de mis historias que aunque no fue muy divertida, si se me quedo grabada en mi mente para siempre. Espero no se hallan aburrido pues esta estuvo un poquito más larga. ¡Hasta la próxima!